Enfermedad y muerte en las granjas industriales de conejos
Las condiciones de vida que se describen en este informe no son excepcionales. Retratan la realidad del 99% de los conejos criados por su carne en España y son la principal causa de las enfermedades que padecen en las granjas, como ya denunció la EFSA en 2020.
Algunas de las enfermedades más frecuentes en las explotaciones cunícolas industriales son la pododermatitis, la mixomatosis, la mamitis, la sarna y las infecciones parasitarias por coccidios, entre otras.
Las altas tasas de mortalidad en las granjas cunícolas llevan a que la producción dependa en gran medida del uso de antibióticos. Según la propia industria, la falta de alternativas a los alimentos medicados, causa enormes pérdidas en las granjas por su alta mortalidad, haciendo que la producción sea casi insostenible económicamente.
Sobre todo durante el destete, muchos conejos no superan la adaptación al pienso y mueren por graves problemas intestinales.
Entre las patologías más repetidas que el equipo de AnimaNaturalis ha registrado en esta investigación, destacan las afecciones cutáneas, oculares y en los oídos. También son recurrentes los comportamientos asociados a altos niveles de estrés, como roer la jaula, acicalarse de forma excesiva hasta hacerse heridas, o agresiones entre conejos.
Los investigadores aseguran que en todas las granjas, sin excepción, se encontraron “animales enfermos o con problemas de salud claramente visibles, además de cadáveres sin retirar dentro de las naves”.
Las imágenes han sido revisadas por el veterinario David Perpiñán, PHd en Sanidad Animal y especialista en medicina de conejos de compañía. A partir de sus comentarios y las observaciones de los investigadores durante las inspecciones a las granjas, se exponen algunos de los casos más destacados.
Infecciones de oído
Hemos observado algunos conejos con el cuello retorcido, que se desplazaban por las jaulas sin poder levantar la cabeza, incluso girando todo el cuerpo sobre sí mismos para desplazarse. Este ladeo de cabeza o tortícolis, se relaciona con una infección bacteriana del oído interno, y puede llegar a ser muy doloroso.
También pueden verse afectados por infecciones que generan un absceso en la base de la oreja. Cuando el absceso explota, se produce un agujero en el oído como el que se observa en el conejo de la siguiente imagen. A veces, la infección se extiende a varias partes del cuerpo y produce más síntomas como secreción ocular.
En algunos casos menos graves se podía ver la secreción causada por otitis externa, con secreción y suciedad en los oídos de los animales. Los ácaros también pueden alojarse en el canal auditivo y provocar picores intensos que hacen que los conejos sacudan la cabeza con violencia.
Necrosis en las orejas
Las orejas son una parte muy sensible de la anatomía de los conejos y es fácil que en las granjas industriales sufran cortes con partes sueltas de las jaulas o que, propiciado por el estrés, los machos se ataquen y acierten a morderse en esta zona. Por la parte externa de la oreja pasa la arteria auricular central y ante un corte del riego sanguíneo el daño es irreparable, de modo que termina por necrosarse.
El veterinario ha determinado que esto también puede ocurrir tras la realización de un tatuaje identificativo, que suele ser una serie de números marcados en la parte interior de la oreja, o por el uso de la arteria articular para inyectar sustancias.
Inflamación por mixomatosis
La mixomatosis es una enfermedad infecciosa que afecta a los conejos y es mortal si no se les vacuna. Se transmite a través de las pulgas y otros insectos y de la inflación inicial de la cabeza y los genitales, suele evolucionar hacia una conjuntivitis que puede terminar en ceguera.
En las granjas se suele vacunar a los conejos contra esta enfermedad letal para garantizar la producción. Aunque no lleguen a desarrollar mixomatosis, la reacción a la propia vacuna puede causar síntomas de la misma como la inflamación y nódulos en los párpados, fiebre, apatía y falta de apetito.
Acicalamiento excesivo
Aunque se corresponde con el comportamiento natural de la especie que las conejas a punto de dar a luz se arranquen su propio pelo para formar el nido, la carencia de estímulos y la ansiedad les lleva al sobreacicalamiento. Esto supone que se puedan ver conejas con grandes calvas y heridas en la piel, que se provocan a sí mismas o de una jaula a otra.
De acuerdo con David Perpiñán, “los conejos, especialmente los que tienen un vínculo, se acicalan mutuamente en la zona de la cabeza. Cuando existe un estrés o cuando el conejo no puede desarrollar sus comportamientos naturales, se puede producir un acicalamiento excesivo, que se ve muy claramente en todas estas imágenes”.
La ingesta de pelo también puede ser indicativa de una deficiencia de fibra en la dieta, algo frecuente en conejos de engorde, que reciben pienso hipercalórico para acelerar al máximo su crecimiento, en detrimento de una composición nutritiva .
Problemas en las patas
La pododermatitis es una enfermedad muy frecuente cuando se mantienen conejos que alcanzan grandes tamaños en jaulas de rejas. La presión en la zona plantar puede acabar provocando falta de riego sanguíneo en sus patas y necrosis de los tejidos de la zona.
“Seguramente lo peor está en la zona ventral del pie y no se puede ver en la fotografía. Cuando estas pododermatitis no se curan, progresan de forma interna hasta el hueso y causa deformación y dolor, lo que puede llevar a un sobrelamido de la zona para intentar calmarlo”, comenta al respecto Perpiñán. Y añade que “en ocasiones, las infecciones fúngicas también afectan a las patas con pérdida de pelo, por lo que también podría tratarse de una tiña (dermatomicosis)”.
Problemas intestinales
Otra de las principales causas de mortalidad en las granjas de conejos son los problemas intestinales. Estos suelen derivar en fuertes diarreas que llevan a los animales a morir por deshidratación.
Fugas de las jaulas
El equipo de AnimaNaturalis se ha encontrado conejos fuera de las jaulas en varias ocasiones durante las visitas a las granjas, especialmente en aquellas en las que las instalaciones se encontraban en peor estado de mantenimiento.
Algunos conejos pueden escapar de las jaulas o caerse cuando son pequeños. Otras veces, las rejas se rompen o quedan abiertas en un descuido del operario, así que los animales deambulan por el módulo. Estos conejos no tienen forma de regresar a las jaulas, ni tampoco acceso al pienso ni el agua. Si no son devueltos a las jaulas, comenzarán a perder masa corporal rápidamente y morirán de inanición.
El pelaje en mal estado de la mayoría de esos animales indica que les han caído encima los orines de los demás conejos y el ambiente húmedo y sucio les impide limpiarse.
Traumatismos
En algunas granjas también se han encontrado conejos muertos que presentaban un sangrado anormal por la nariz. Según Perpiñán, esto no se corresponde con ninguna patología normal en conejos, y considera que se debe a un traumatismo.
Esta valoración veterinaria coincide con una práctica común en las explotaciones cunícolas que consiste en matar a los animales enfermos de un golpe contra la pared. Los operarios agarran a los conejos por las patas traseras y de un golpe seco les fracturan el cráneo, provocándoles normalmente la muerte al instante.
A pesar de la crueldad de esta acción, podemos encontrarla en los manuales de la propia industria como método de eutanasia recomendado.
Mamitis
La mamitis o mastitis es una enfermedad infecciosa que suele afectar a las conejas reproductoras. A mayor cantidad de partos, nivel de estrés y peores condiciones de alojamiento, existe una mayor probabilidad de desarrollarla. La bacteria de la mamitis infecta los conductos mamarios, contaminando la leche, por lo que las crías pueden morir o crecer con complicaciones.
Sin embargo, la contracción de esta patología no implica necesariamente la sustitución de las hembras. Las conejas enfermas suelen estar identificadas por una ficha en su jaula para que los operarios puedan estar atentos y cambiarles las crías. Las conejas aceptan muy fácilmente conejos de otras camadas cuando tienen una edad similar a los suyos, de modo que ante una mamitis, se pueden retirar los gazapos de la madre enferma y repartirlos entre otras sanas.
Convivencia con cadáveres
No es posible determinar la causa de la muerte de la mayoría de conejos que el equipo de investigación de AnimaNaturalis ha podido registrar, pero las imágenes certifican que los cadáveres no se recogen diariamente y que los animales sanos se ven obligados a convivir con otros muertos durante días.
Granja abandonada
Cabe destacar el dantesco descubrimiento de una granja abandonada, presuntamente desde 2018, en la que se mantienen cientos de conejos disecados aún en sus jaulas. Según el informe veterinario, hay indicios de que los animales podrían haber sido dejados a su suerte y murieron de inanición tras un posible quiebre del negocio. No es probable que todos los animales murieran de forma simultánea por una enfermedad y, de haber sido el caso, deberían haberlos retirado siguiendo el protocolo sanitario.